¿Qué temperatura es la ideal para la calefacción?

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¿Cuál es la temperatura ideal para la calefacción?

¿Conoces qué temperatura es la ideal para la calefacción? Para conseguir un ahorro se deben conocer los grados y formas de gestionar el sistema de calefacción o termostato para, por un lado, no pasar frío y, por otro, conseguir reducir el consumo, con el consiguiente ahorro en la factura energética.

La temperatura ideal para la calefacción viene recomendada por distintos organismos e instituciones, buscando fomentar así un menor consumo, pero, ¿en qué criterios se basan dichas recomendaciones? Esto y mucho más contamos en este artículo para conocer perfectamente qué temperatura es la ideal para la calefacción.

Cuál es la temperatura ideal para el ser humano en una vivienda

Si bien ahorrar en calefacción es un objetivo beneficioso tanto a nivel económico como de eficiencia y responsabilidad energética, este no tendría sentido si no se parte de buscar una temperatura agradable que permita vivir y trabajar de manera confortable.

Para esto, precisamente, se ha definido la llamada temperatura de confort, basada en el intervalo térmico en el que, en general, el ser humano no siente ni calor ni frío.

Este baremo general se ubica en los 21 grados centígrados, si bien puede variar tanto en función de la persona como de la sensación térmica del clima o ubicación de cada vivienda.

Entonces, ¿la temperatura de confort es aquella a la que debemos programar la calefacción? Lo contamos.

Temperatura recomendada para la calefacción

¿Qué temperatura es la ideal para la calefacción? Para ofrecer datos fiables y oficiales de la temperatura más adecuada para conseguir una atmósfera confortable y al mismo tiempo un consumo de energía responsable, acudimos a los datos del IDAE.

Según el IDAE, en las viviendas u oficinas, es decir, en espacios en sombra en los que realizamos actividades en general pasivas, la temperatura ideal para la calefacción es de entre 20 y 22 grados. 

Este marco de referencia es útil tanto para la temporada de invierno como para la estival, de tal forma que se debe evitar bajar de los 20 grados en verano y subir de los 22 o 23 en invierno.

Asimismo, esta temperatura también varía en función de las necesidades de la vivienda y quienes la habitan durante el día y durante la noche. Si bien durante el día se puede programar la calefacción en torno a los 22 grados, durante la noche, en la que nos abrigamos al dormir, puede bajar hasta los 18 o 17 grados centígrados.

Sin embargo, se deben considerar factores específicos:

  • Las estimaciones del IDAE se basan en una situación estándar hipotética de humedad. Sin embargo, en climas muy secos programar la calefacción en sus opciones más cálidas o, al contrario, en climas muy húmedos programarla en sus valores más fríos puede ayudar a intensificar esa circunstancia, produciendo incomodidad o potenciando ciertas infecciones.

  • En viviendas con bebés y niños pequeños, será recomendable no bajar la temperatura de 19 grados por la noche.

En términos generales, este rango de temperaturas es el que permite una sensación térmica agradable y ayuda a gastar menos gracias a no alejarse en exceso de la temperatura ambiente media.

¿Por qué ayuda a ahorrar programar la calefacción a una temperatura determinada?

Es muy habitual escuchar que dar un uso correcto a la calefacción a la hora de programar la temperatura ayuda a conseguir un ahorro económico en las facturas de energía. Pero, ¿a qué se debe esta afirmación?

Por un lado, está la evidencia de que mantener una casa en invierno a una temperatura elevada, es decir, mayor a 23 grados, supone hacer funcionar a gran potencia cada sistema de calefacción. 

Lo mismo ocurre con el aire acondicionado en verano, que supondrá un importante gasto si buscamos tener la casa a menos de 20 grados centígrados si en el exterior las temperaturas son elevadas.

Pero existen otros motivos por los que mantener la temperatura ideal para la calefacción implica un ahorro, como el que se enfrenta a la idea de que por poner la calefacción a una temperatura elevada al llegar a casa, la vivienda se calentará antes. 

Sin embargo, sólo causará más gasto, ya que el ascenso de grados tendrá lugar a la misma velocidad programemos el termostato a 21 que a 25 grados centígrados, y sin embargo en el primer caso se ahorra en torno a un 30% de consumo para llegar a la temperatura seleccionada.

Cómo asegurarse de mantener la temperatura recomendada de la calefacción

Ahora que ya ha quedado claro qué temperatura es la ideal para la calefacción, sólo queda saber cómo mantener esta programación. Para ello, es necesario tener en cuenta:

  • Cada grado que se acerque o aleje a la temperatura de confort recomendada por el IDAE puede suponer entre un 7 y un 8 por ciento más o menos de consumo energético, por lo que contar con un sistema de calefacción que perciba cómo varía la temperatura ambiente para adaptarse constantemente a ella será un seguro para mantener la temperatura recomendada.

  • Programar en el termostato distintas temperaturas para el día y la noche, consiguiendo así ahorrar energía automáticamente a diario.

  • Mantener la calefacción encendida ante salidas breves en las que la vivienda se quede vacía: el gasto de inicio de la calefacción siempre será mayor.

  • Comprobar el aislamiento de cada vivienda: Si bien un buen uso de la calefacción o el aire acondicionado es fundamental, el gasto energético puede seguir siendo elevado si una vivienda no está bien aislada por puertas, ventanas y paredes del exterior, ya que el calor se disipa constantemente.

Si tenemos en cuenta todas estas medidas, se puede realizar fácilmente un buen hábito de uso de la calefacción, manteniendo la temperatura recomendada y apostando por el ahorro tanto económico como energético.

Esperamos que este artículo te haya sido útil para conocer qué temperatura es la ideal para la calefacción y los hábitos que seguir en torno a ella.

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